Reseña: “Zorn” de Maerzfeld

Reseña: “Zorn” de Maerzfeld

Zorn” es el cuarto disco de estudio de la banda alemana Maerzfeld, de quienes ya hemos hablado anteriormente. Una cuarta placa dentro de su discografía que no hace sino mejorar tras cada lanzamiento.

Maerzfeld ya acumula repertorio suficiente para liderar la parrilla de festivales y conciertos, pero aún se dibuja lejano el día en que por fin podamos verlos pisar nuestras tierras. Pero antes de comenzar a lamentarnos por todos esos grupos que no nos visitan, dediquémonos a disfrutar de sus discos. Por eso a continuación una pequeña reseña de Zorn.

Partimos con la canción que da nombre al disco. Con un riff de guitarras graves a las que ya nos tienen acostumbrados, pero aderezadas con una inusual dureza, se da comienzo a «Zorn», canción que va directo al grano y tras la embestida inicial nos atrapa inmediatamente con su coro y unos teclados emulando un arpegio típico de la música electrónica de principios de la década pasada. Notable fórmula.

De pronto y casi sin darnos cuentas pasamos a «Ohrblut». Más reposada que la anterior y pero no menos pesada. Esta vez las guitarras son las protagonistas, entregándonos un riff altamente adictivo, un coro para cantar a todo pulmón y un corte intermedio donde toda la banda interactúa, manteniéndonos expectantes.

Luego viene «Die Sünde lebt». Sonido marca Maerzfeld. Similar es el caso de «Schwarzer Schnee», primer adelanto que pudimos conocer de este nuevo álbum y que junto a la canción que la precede muy probablemente lleguen a ocupar un puesto destacado entre las favoritas de los fanáticos más acérrimos del grupo.

De aquí en adelante, los alemanes dan rienda suelta a la creatividad y nos toparemos con varias sorpresas. Entre ellas «Reich», donde el frontman Heli Reißenweber explora nuevos territorios en lo que a vocalización se refiere, dotando de mayor dinamismo a una canción que de por sí destaca por su instrumentación y ritmos quebrados.

«Bittersüß» nos regala un pequeño respiro. O eso es lo que nos hace creer al comienzo. Lo que al principio pareciera ser una, a veces necesaria, balada para dar inicio a la segunda parte del disco, se transforma rápidamente en otro corte característico de Maerzfeld. Ya para el final, las cuerdas vuelve a ganar protagonismo, en plan de guitarras gemelas, algo poco usual para este género.

«Einer wie alle» y «Flammenhände» son dos canciones que destacan por la espectacularidad de sus líneas melódicas. En ambas Maerzfeld nos engañará haciéndonos creer que sabemos por donde se irá desarrollando la melodía principal, pero de repente nos traen algo inesperado. Sin duda dos paradas obligatorias para cualquier fanático del estilo.

«Menschling» comienza a despedir este cuarto disco de los alemanes. Esta pista se ha transformado rápidamente en una de mis favoritas del disco. Para quienes jamás hayan escuchado a Maerzfeld y sean fanáticos de la música de Eisbrecher o Pain, aquí encontrarán una joya.

Ya para finalizar nos encontramos con «Die Welt reißt auf». Fácilmente una de las canciones más pesadas de este disco, que no es decir menos. Y algo similar ocurre con la sorpresa del cover de sus compatriotas de Münchener Freiheit con «Zeig mir die Nacht». Banda que llegó a ser -escasamente- conocida por estos lados simplemente como “Freiheit” por canciones como «Keeping the dream alive» o «Liebe auf den ersten Blick», con discreta rotación en radios. La versión de Maerzfeld se aleja claramente del Pop/Rock de sus creadores y se transforma en una verdadera obra de Metal/Hard rock.

El disco está disponible en las principales plataformas de streaming y además se puede comprar en la página de la banda.

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